¿Y EL AGUA?
En lo más profundo del bosque, entre
álamos gigantescos, viejas encinas y pinos fuertes, vivían hace mucho tiempo tres
diminutos duendes con orejas puntiagudas: Lucky, Lily, Sky. Eran los duendes
guardianes de aquel bosque y cada uno tenía muy clara su función.
Lily era delgada y deportista, Su
pelo lila le llegaba casi hasta el cinturón. Descendía de una larga estirpe de
curanderos y curanderas muy hábiles. Eran capaces de curar las enfermedades más
raras que nos podamos imaginar: la tos de los canarios, la torcedura de pata de
una rana… Por eso se
responsabilizaba de los animales: les
ayudaba en sus primeros paseos, les mostraba las cuevas secretas, las mejores
frutas y semillas…
Y Sky era el especialista en plantas.
Era el jefe de la patrulla, por su
valentía e inteligencia. Su color verde lima-limón era visible en kilómetros a
la redonda. Provenía de una pequeña
familia de duendes ingeniosos capaces de combinar las plantas de mil maneras
para hacer medicinas o perfumes.
Un
día Sky y Lucky , paseaban por el bosque
y notaron algo extraño en él:
-No notas algo raro en el bosque -dijo Sky.
-Si, es como si todo estuviera muy seco.
Las hojas suenan demasiado al pisarlas, no oigo la cascada salvaje… -le contestó Lucky.
Corriendo atravesaron el claro de las margaritas y en unos minutos llegaron a la orilla del rio-serpiente. En efecto, el riachuelo estaba seco. Asustados volaron a toda prisa para avisar a Lily. Debían investigar este preocupante suceso.
Al llegar, todos empezaron a hablar
a la vez, y Lily no se enteraba de nada. Entonces ella les pidió que hablaran
de uno en uno para poder enterarse. Cuando le contaron lo sucedido Lily sorprendida
tuvo una idea genial: debían ir río arriba para encontrar lo que impedía que el
agua del río corriese como siempre lo había hecho.
Volvieron
hasta el cauce del río, y entristecidos vieron como los peces intentaban
sobrevivir con el poco de agua que quedaba. Sus ojos tristes les pedían ayuda
urgente. ¡Tenían que encontrar una solución rápido o en poco tiempo todos
morirían!
Bordeando la orilla caminaron río arriba. Cada vez veían más
peces deseperados, así que decidieron darse prisa. Al anochecer, cansados,
decidieron parar. Y entre todos construyeron una cabañita de palitos donde
pasar la noche. La noche se les hizo muy larga pensando en lo que podía ocurrir
sino conseguían superar su misión. A la
mañana siguiente, preocupados pero animados, continuaron su largo y
cansado camino. De repente, alzaron
la vista y se quedaron sorprendidos: tapando el río había una gran presa.
¿Quién podía ser tan egoísta para querer quedarse con todo el agua? Y Lily entristecida dijo:
-Seguro que han
sido los gigantes invasores (así llaman los duendes a los humanos). Sólo estas criaturas pueden pensar tan poco.
Sentados
alrededor de un nenúfar en flor, empezaron a hablar sobre que podían hacer. Y
todos llegaron a la misma conclusión: había
que destruirla como sea. Sky, que era
muy observador, se le ocurrió que quizá con la máquina de brazo-colgante (a
la que los gigantescos invasores llaman grúas) que
se habían dejado y con ayuda de otros animales, podrían demoler la presa. Y a
los demás les pareció muy buena idea.
Todos estaban felices y empezaron a aplaudirles. Pero, de lo que no se
dieron cuenta, fue de que uno de los gigantes-invasores estaba observando todo
lo ocurrido desde una tienda de campaña que había montado para echarse una
siesta. Muy enfadado, salió corriendo hacia la grúa dispuesto a pararlos. Pero
nuestros amigos, al notar que iba a por ellos, decidieron terminar lo más
rápido posible y huir. Veloces, subieron en una hoja de álamo y agarrando sus
bordes se lanzaron sobre la cascada de agua que salía de la presa destruida.
Este barquito casero era más resistente de lo que parecía.
Bajaron arrastrados por la corriente
hasta llegar al claro de margaritas. Allí todos los animales del bosque les
esperaban encantados para felicitar a
sus héroes. Y el alcalde Bellotín de Bellotus les entregó la bellota de plata como
agradecimiento por su acto heroico.
FIN
¡FELICIDADES A MORAIMA CASTRO MÁRQUEZ!
2º PREMIO - CATEGORÍA INFANTIL - en el XII Concurso Nacional de RELATO CORTO SAN JUAN BOSCO, organizado por la ASOCIACIÓN de ANTIGUOS ALUMNOS SALESIANOS de POZOBLANCO.
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