Las PALABRAS son un bien. Las palabras son un espejo, una caricia entre los dedos, un pulso que domina el aire y un eco que nos repite lo que puede ser que nunca sea. Las palabras son un intento. Las palabras me hacen sentirme capaz de todo aunque todo sea nada. Y yo las abrazo, a veces con prisa y otras sin fuerzas, porque todo se apaga. Ellas son las únicas que pueden dar luz (Elvira Sastre).
Leer versos como "Cada paso que te alejas de mí, también me aleja de ti" o "Día doce sin ti; he conocido a alguien, soy yo. Voy a darme una oportunidad" es sentirse identificado con aquella historia de amor que no funcionó, y es también -qué gran alivio- ver que no somos los únicos que hemos vivido algo así. Quizá esta proximidad y la conexión con quien lee estos versos sean las causantes, en gran parte, de que Elvira Sastre llene pabellones con sus recitales de poesía en plena era de las redes sociales. Lo que empezó como una necesidad de desahogarse escribiendo en un blog por un amor platónico se transformó en unos cuantos libros y en muchísimos seguidores en las redes sociales (La Vanguardia).
Libros publicados por Elvira Sastre: "Cuarenta y tres maneras de soltarte el pelo", "Baluarte", "Ya nadie baila", "La soledad de un cuerpo acostumbrado a la herida", "Días sin ti", "Desordenados", "Elvira en voz", "Adiós al frío".
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