1 de Noviembre, 3º de primaria, aula B, Colegio San Felipe Neri.
El timbre sonó puntualmente a las diez de la mañana anunciando el cambio de hora; y los alumnos se dispusieron a sacar los libros de la siguiente asignatura. Doña Rosa entró por la puerta y les dio los buenos días.
Para Samuel, Rosa, era la profesora más simpática y su asignatura la más divertida de todas, Religión. Siempre hablaban de Dios, de estar alegres, de compartir los juguetes con los hermanos,portarse bien con papá y mamá... Todos los días hacían dibujos, cantaban canciones, veían pequeñas películas, realizaban actividades en el patio...
Samuel era un simpático niño de 8 años muy querido por su compañeros. Distinguido siempre por ayudar a los más débiles de la clase. Con su pícara sonrisa y sus brillantes ojos azules siempre conseguía captar la atención de todo el mundo. Y Rosa no era una excepción. Llevaban un mes de curso, y ella era nueva en el centro. Pero desde el primer día de clase ya había reparado en Samuel, ya que era el más participativo.
Aquel día tocaba comenzar el segundo tema: La familia. Para empezar, la profesora propuso a los niños hacer un dibujo sobre su familia. Los alumnos comenzaron a pintar y ella se fue paseando entre los pupitres para observar su trabajo. Le sorprendió ver que Javi, un niño muy tímido, dibujara a su madre de color violeta, puesto que ya estaba en 3º de primaria, así que le preguntó el porqué. Este le dijo que su madre se había caído por las escaleras y se había hecho muchos cardenales. A Rosa le preocupó un poco y le preguntó por su estado, aunque realmente le hizo gracia la ocurrencia de Javier. La clase concluyó al igual que las siguientes y el timbre sonó de nuevo a las dos. Todos los niños recogieron sus cosas y se marcharon a casa.
Cuando Javi llegó a su casa oyó varios golpes y temió por que su madre se hubiese caído de nuevo por las escaleras. Como la puerta estaba entreabierta, no tuvo que llamar y entró. El espectáculo que le esperaba en el salón lo dejó en estado de shock. Su padre le estaba pegando en la cabeza y los brazos a su madre con el mando de la televisión. Cuando vieron aparecer a Javier se quedaron desconcertados. Los había descubierto. Su madre empezó a llorar, porque ella se había esforzado en ocultárselo con una serie de excusas para que el pequeño no sufriese. Este corrió hacia ella y la abrazó mientras le gritaba a su padre.
3 de Noviembre, Colegio San Felipe Neri.
3º B iba ganando 2-1 contra 3º A, todos los de la clase estaban emocionados porque era la primera vez que le ganaban al A. Unos corrían, otros animaban... Excepto Javier que estaba sentado en una esquina comiéndose su bocata, solo. Terminado el recreo, los niños subieron corriendo las escaleras y entraron ruidosamente en la clase. Tocaba Religión. Rosa les entregó los dibujos sobre sus familias para que los terminaran de colorear y fue observando a sus alumnos mientras trabajaban. Al pasar junto a Javi, se dio cuenta de que el niño estaba borrando a su padre del dibujo, y Rosa le preguntó si le pasaba algo. El niño respondió que su padre era malo y no le quería. La
mente de Rosa empezó a darle vueltas a una idea; las piezas del puzzle encajaban. La madre tenía heridas, el niño se comportaba de forma extraña, afirmaba que su padre era malo... Intentó sonsacarle algo más a Javier pero éste no colaboró mucho.
Al terminar su jornada laboral, cuando los niños se fueron del colegio, Rosa acudió al despacho de Victoria, la directora. Le contó sus sospechas sobre la situación que podía estar viviendo el pequeño en su casa, y le pidió consejo a ésta para decidir lo que hacer. Ella le propuso que acudiera un experto a su clase para dar una charla a los niños sobre como tratar aquellos delicados casos.
4 de Noviembre
Cada día que pasaba hacía mella en Javier. No era tonto, sabía lo que pasaba en casa, pero tenía miedo. Miedo de que su padre le pegara también a él y miedo de lo que dijeran los demás. Como era hijo único y su timidez le impedía tener muchos amigos, no le había contado a nadie el problema. Por ello, cuando se enteró de la charla que darían en clase pareció animarse un poco. Aún así no estaba seguro de cómo solucionar aquello.
Después de la charla, Rosa les propuso a los niños hacer un trabajo sobre la violencia de género incluyendo en él todo lo que habían aprendido esa mañana: cómo pedir ayuda, el número de teléfono para información y emergencias, etc. Todos se pusieron por parejas, y Javier se volvió a quedar solo. Samuel, que se había dado cuenta, decidió ponerse con él y Rosa le dedicó una sonrisa, como dándole las gracias en silencio. Samuel sabía que a Javier le pasaba algo. No tenía ni idea del porqué pero estaba decidido a averiguarlo.
4 de Noviembre, C/ Titanes, nº 32.
El timbre resonó dentro de la casa y se oyeron unos pasos que se acercaban a la puerta. Ésta se abrió lentamente. El rostro de una mujer joven apareció ante ellos, y Javier y Samuel la saludaron. A Samuel le sorprendió ver la cantidad de heridas que tenía la mujer. Javier le explicó a su madre que iban a hacer un trabajo de Religión e irían a su habitación. Al cabo de un rato el timbre volvió a sonar. María, pues así se llamaba la madre de Javier, acudió rápidamente hacia la puerta. Nada más abrir, su marido descargó su furia y una lluvia de golpes contra ella sin dejar de repetir que le habían despedido. Los niños oyeron los golpes desde la habitación y Javier comenzó a
sollozar. Con una simple mirada por la rendija de la puerta Samuel se percató de lo que ocurría. Miró a Javier pero éste no reaccionaba, así que decidió actuar. Fue sencillo; abrió la puerta y corrió hacia el salón buscando con la mirada el teléfono. El padre de Javier no sabía que los chicos estaban en la casa, por eso se sorprendió al ver a Samuel aunque no le dio tiempo a parar al niño. Éste se abalanzó sobre el teléfono y la solución se puso en marcha. Marcó el 016 y...
Por fin Javi comenzó a ver algo de luz en su triste historia.
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