El mundo perdió
esta semana a dos grandes exponentes de las letras: al novelista y artista
alemán Günter Grass, y al escritor y poeta uruguayo Eduardo Galeano. Pero
también perdió a dos hombres cuyo amor por el fútbol enriqueció su vida y su
obra.
Tanto
Grass como Galeano eran originarios de países en los que el fútbol es más que
el deporte nacional: es una pasión que trasciende las clases sociales, el
género y las generaciones.
Cuando
era niño, Galeano pasaba horas jugando en las calles de Montevideo, la capital
de Uruguay, aunque después reconoció que era un caso perdido. Grass empezó a
jugar ya de adulto en la banda izquierda. "Algunos de mis pases cruzados
eran muy buenos", dijo años más tarde.
"Quería
ser futbolista y me volví el mejor de los mejores, el número uno",
escribió Galeano, "mejor que Maradona, mejor que Pelé e incluso mejor que
Messi… pero solo por las noches, en mis sueños. Cuando despierto, me doy cuenta
de que tengo piernas de madera y de que estoy condenado a ser escritor".
Galeano
era aficionado del Nacional, uno de los principales equipos de Uruguay, cuyo
sitio web se puso de luto por su muerte.
La lealtad
siempre fue importante para él: "en esta vida, un hombre puede cambiar de
mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol
", escribió más tarde.
Grass apoyaba a un equipo menos
glamoroso, el St. Pauli de Hamburgo.
Galeano escribió lo que es para muchos
de los críticos uno de los libros más finos acerca del deporte: El fútbol a sol y sombra, que se publicó en 1995. En
el prólogo habla del deporte como "música en el cuerpo, fiesta de los
ojos".
En
un pasaje escribió sobre las horas posteriores a que un estadio se vacía al
final de un partido importante…"El estadio se queda solo y también el
hincha regresa a su soledad, yo que ha sido nosotros: el hincha se aleja, se
dispersa, se pierde, y el domingo es melancólico como un miércoles de ceniza
después de la muerte del carnaval".
Por otro lado,
Galeano se consideraba un mendigo en busca de un fútbol intrincado, habilidoso;
"voy por el mundo, sombrero en mano, y en los estadios suplico una linda
jugadita por amor de Dios".
Hace
poco, concibió lo que llamó la "teoría de Messi", un tributo al
talento singular del delantero del Barcelona y la selección argentina. Aunque a
menudo se dice que Diego Maradona tenía el balón atado al botín, Galeano
propuso que Lionel Messi lo lleva escondido en el pie.
"Y eso
científicamente es inexplicable, pero vos ves que lo persiguen siete, once,
veintidós rivales para sacarle la pelota y no hay manera de sacársela. ¿Por
qué? Porque la buscan afuera del pie, y está adentro".
"Nadie juega con tanto gusto como
Messi", dijo Galeano al diario estadounidense The New York Times hace
cuatro años. "Juega como un niño que disfruta del pasto, que juega por el
placer de jugar y no por el deber de ganar".
Algunas obras de Eduardo Galeano: "Las venas abiertas de América Latina", "El libro de los abrazos", "El fútbol, a sol y sombra", "Memoria del fuego", "Patas arriba: la historia del mundo al revés", "Tejidos" "Mujeres"...
Günter Grass: "El tambor de hojalata", "El rodaballo", "